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Los fuegos artificiales de Año Nuevo en Sídney iluminan el cielo mientras millones dan la bienvenida al 2025

Nov 05, 2025

SÍDNEY, 1 de enero (Xinhua) — A la medianoche hora local del 1 de enero, deslumbrantes fuegos artificiales iluminaron el cielo sobre el puerto de Sídney mientras más de un millón de espectadores a lo largo del frente acuático celebraban al unísono la llegada del año 2025. Considerado como el festejo de Año Nuevo más grande del mundo, el evento atrajo a 425 millones de espectadores globales a través de canales presenciales y en línea.

Las festividades de este año se centraron en el tema “Todos los corazones hacia adelante”, promoviendo la unidad multicultural. Las celebraciones incluyeron dos espectáculos: una presentación familiar a las 9 p.m. del 31 de diciembre y una extravagancia de Año Nuevo a la medianoche. Se detonaron un total de 9 toneladas de fuegos artificiales, incluyendo 23.000 proyectiles aéreos, 40.000 efectos terrestres y 13.000 fuegos artificiales aéreos. Ochenta sitios de lanzamiento ubicados en puntos emblemáticos como el Puente del Puerto y la Ópera iluminaron 7 kilómetros del horizonte portuario.

La innovación tecnológica y cultural fue la protagonista. El espectáculo estrenó plataformas montadas en drones y tecnología de proyección con inteligencia artificial, acompañadas por fuegos artificiales aéreos de 450 metros que complementaron efectos especiales como la palabra "Sydney". Durante la presentación de las 9 PM, se proyectó sobre el Puente del Puerto la imagen de Barangaroo, una mujer guerrera aborigen, destacando así el patrimonio cultural indígena.

Para garantizar celebraciones fluidas, las autoridades implementaron medidas extensas de gestión del tráfico, con tranvías operando ininterrumpidamente durante 46 horas. El orden público se mantuvo excelente, con solo 36 detenciones por incidentes. La alcaldesa de Sydney, Clover Moore, declaró que las festividades inyectaron más de 170 millones de dólares australianos en la economía local, mostrando la vitalidad de la ciudad. El mochilero alemán Kronschl comentó que esperar 20 horas para asegurarse un lugar de observación fue "absolutamente vale la pena".